Introducción
Jesse Livermore es considerado como uno de los mayores operadores de valores en la historia americana. Su vida constituye un fascinante relato lleno de éxitos, fracasos, grandes decisiones y lecciones de vida que siguen siendo relevantes en la actualidad.
Primeros años
Livermore comenzó su carrera en Wall Street a la temprana edad de 14 años. En su adolescencia, realizó cálculos para transacciones en la Paine Webber Brokerage House. Tanto fue su destreza en este campo que se le permitió hacer trading con su propio dinero, marcando así el inicio de su ilustre carrera como trader.
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Ascenso a la fama
Durante el terremoto de San Francisco en 1906, Livermore realizó ventas en descubierto de acciones de seguros y ferrocarriles, lo que le permitió acumular una gran fortuna. Sin embargo, su gran auge llegó en 1929 con el crack de Wall Street. Livermore logró capitalizar esta crisis al prever la caída del mercado de valores y ganó un estimado de $100 millones.
La debacle
A pesar de las impresionantes hazañas comerciales de Livermore, su riqueza no duró para siempre. En 1934 se había declarado en bancarrota por tercera vez, y en 1940, al borde de la ruina, Livermore se quitó la vida.
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Legado de Jesse Livermore
A pesar de su trágico final, Livermore dejó un legado perdurable en el mundo del trading y la inversión. De hecho, sus lecciones se condensan en el libro «Cómo comerciar en acciones», donde relaciona sus experiencias y pensamientos sobre el mercado de valores.
Las lecciones de Livermore
- Paciencia: Esperar el momento oportuno para realizar una operación es crucial.
- Conocimiento: Profundizar en el análisis de las empresas y mercados antes de invertir.
- Disciplina: Mantener la calma durante los altibajos del mercado y no dejarse llevar por la euforia o el pánico.
- Adaptabilidad: Los mercados están en constante cambio y el inversor exitoso debe saber adaptarse a ellos.
